viernes, 1 de enero de 2021

AMADO BOUDOU, EL REHÉN DEL LAWFARE


 
Amado Boudou: “Están armando la campaña electoral de 2021 alrededor de las causas judiciales" 

Tras el fallo de la Corte Suprema que dejó firme la condena a 5 años y 10 meses de prisión por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública, el juez Daniel Obligado le revocó la prisión domiciliaria a Boudou.

Están armando la campaña electoral de 2021 alrededor de las causas judiciales, como hicieron anteriormente. Es una cuestión estructural”, apuntó el exvicepresidente Amado Boudou.
 
En diálogo con la AM 750, el exvicepresidente aseguró que “el lawfare es una cuestión política” y que “en la Argentina no hay ley”. “Hay imposición desde un sistema mediático-empresarial de repartir castigos y premios según quien ayude a sus intereses o quien se ponga en el medio de sus intereses”, acusó.
 
 
 
 

El exvicepresidente explicó que "la prisión domiciliaria es importante para compartir con mis dos bebés, pero no deja de ser prisión. Y no deja de ser el resultado de farsa judicial que lo único que hace es convalidar una farsa mediática que ya lleva 8 años".

"No lo veo como una cuestión personal, aunque el dolor sea personal -agregó-. Esto sucede en los momentos en que hay que estar hablando de la ampliación de derechos en la Argentina, cuando hay que estar hablando de que fue ley la posibilidad de las mujeres de tener derecho a la interrupción del embarazo sin persecución penal. Se hace cuando fue ley la recuperación de la ley de movilidad jubilatoria que habíamos puesto en funcionamiento durante el gobierno de Cristina."

Amado Boudou aseguró que la persecusión “tiene que ver con la política más miserable que tiene que ver con tratar de obturar los esfuerzos para mejorar la vida de las personas” y habló de la complicidad mediático-política-judicial. “La sentencia de Obligado la tenía La Nación antes de que me la notificaran a mí. La publicaron antes de que me la notificaran. Está claro que es una farsa de justicia, manifestó.

El exvicepresidente reconoció que se necesita “una solución política”, pero reiteró que no quiere ser indultado. 

“Voy a seguir peleando por mi inocencia desde el lugar que sea”



Durante la tarde noche del miércoles 30 de diciembre, el juez Daniel Obligado revocó el arresto domiciliario del ex vicepresidente Amado Boudou en la causa Ciccone. El magistrado dispuso que el ex titular de la ANSES tenga que retornar a la cárcel. La decisión, que es apelable, la tomó al filo del cierre del año judicial y cerca de la medianoche.

Más allá de esta situación, el juez Daniel Obligado puede no llevarse adelante de manera inmediata porque Amado Boudou tiene la posibilidad de recurrir la medida a través de un recurso de Casación. Con respecto a esta situación, Boudou podría volver a la cárcel cuando el fallo quede firme y eso solo podría pasar después de la feria judicial de enero. 

El arresto domiciliario de Boudou fue dictado en abril pasado cuando el juez Obligado lo dispuso. En las últimas semanas, los fiscales Marcelo Colombo y Guillermina García Padín había pedido que regrese a la cárcel para cumplir su condena.  

Cabe mencionar que Boudou ya estuvo detenido tres veces. La primera vez fue el 3 de noviembre de 2017, cuando la Prefectura lo sorprendió en su departamento con una orden del juez Ariel Lijo. Luego volvió a la cárcel en agosto de 2018, tras la condena del Tribunal Oral Federal 4 por el caso Ciccone.

Por otro lado, vale recordar un día después de que la Corte Suprema confirmara todas las condenas en la causa Ciccone, la fiscal de ejecución Guillermina García Padín y el fiscal Marcelo Combo pidieron que Boudou vuelva a la cárcel. La defensa del exfuncionario, a cargo de Alejandro Rúa y Graciana Peñafort, presentó un escrito argumentando que las circunstancias por las cuales el juez Obligado le otorgó la domiciliaria no se modificaron.

En abril, cuando le otorgó el derecho, Obligado tuvo en cuenta la situación familiar y la crisis sanitaria por la pandemia. En aquel momento, había afirmado: “Hasta el momento, entonces, (Boudou) viene cumpliendo con las pautas procesales que se le han impuesto y también registra Conducta 10, Concepto 6 (lo cual surge del reciente Informe Socio Ambiental). En definitiva, en este caso considero que se ha demostrado de qué modo y manera la emergencia sanitaria de pandemia COVID-19, incrementa los riesgos personales del condenado Amado Boudou en relación a su núcleo familiar conviviente, por lo que en este contexto situacional habré de morigerar su encierro, tornando el penitenciario en domiciliario”.

 

 


 

 
 
 
 
 

jueves, 31 de diciembre de 2020

EL LAWFARE SIGUE VIVO CON LOSARDO


 Emiliano Blanco, ejecutor del espionaje a presos políticos
 
    Emiliano Blanco, que espió a Boudou en la cárcel, hoy trabaja con la ministra de Justicia Marcela Losardo. Es el exdirector del Servicio Penitenciario durante el gobierno de Macri, responsable del espionaje a presos políticos e incluso a sus abogados. Aún trabaja en el ministerio de Justicia a pesar de todas las pruebas en su contra.
 
La ministra de Justicia, Marcela Losardo
 

Emiliano Blanco, ejecutor del espionaje a presos políticos durante el Gobierno de Mauricio Macri, trabaja aún hoy en el Ministerio de Justicia que encabeza Marcela Losardo. Entre los espiados cuando estaba en el penal de Ezeiza estuvo Amado Boudou e incluso sus abogados. El dato de que sigue trabajando con el actual gobierno lo dio él mismo al ser indagado en la causa de espionaje. El Destape pudo confirmarlo a través de documentación y diversas fuentes.

El rol de Blanco en el lawfare no fue menor. Era el director del Servicio Penitenciario Federal (SPF) durante el reinado de la Doctrina Irurzun, mecanismo utilizado por el gobierno de Macri y Clarín para encarcelar ex funcionarios kirchneristas sin condena. Varios de ellos contaron los maltratos constantes a los que fueron sometidos por el personal que dependía de Blanco. Luego, cuando se destapó la caja de pandora del espionaje ilegal, se supo además que Emiliano Blanco y sus subordinados desplegaron un aparato de espionaje que incluía a los presos y a sus abogados, donde se violaba tanto la intimidad de los primeros como la relación abogado-cliente.

El espionaje en las cárceles es uno de los capítulos en la causa por las operaciones de inteligencia ilegales desplegadas en la era Macri. El rol de Blanco fue detallado en varias notas de Franco Mizrahi en El Destape. Todo se hizo a través del programa penitenciario “Intervención para la Reducción de Índices de Corruptibilidad” (IRIC), que manejaba Blanco.

El IRIC era manejado por Blanco y funcionaba bajo la órbita de otros dos engranajes del lawfare: el ministro de Justicia Germán Garavano y el Subsecretario de Asuntos Penitenciarios Juan Bautista Mahiques, hoy cobijado por Horacio Rodríguez Larreta como fiscal general de la ciudad. Debajo de Blanco estaba Cristian Suriano, jefe de inteligencia del SPF que oficiaba de vínculo con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Un convenio entre Blanco y Gustavo Arribas daba la cobertura.

Tal como informó Mizrahi, los jefes de inteligencia penitenciaria reconocieron el espionaje en cárceles. Según la imputación en su contra existía una “organización criminal establecida por Emiliano Blanco”. Junto a otros funcionarios, y siguiendo las directivas de Blanco, los responsables de la inteligencia penitenciaria fueron los encargados de obtener, almacenar y sistematizar información sobre personas” mediante espionaje ilegal.

A finales de noviembre, en su declaración indagatoria, fue el propio Blanco el que informó que trabaja para el Ministerio de Justicia. Dado que es una instancia de defensa podía mentir, pero El Destape pudo reconstruir que dijo la verdad. Blanco está actualmente contratado en relación de dependencia por el Ministerio de Justicia a través de el Convenio Marco MJYDH- Acara Automotor.

 
 
 
La propia ministra Marcela Losardo también confirmó que este ejecutor del lawfare trabaja bajo su gestión. Fue a través de su cuenta de Twitter, que utilizó para responder a una serie de publicaciones periodísticas que decían que Losardo y Blanco tenían una amistad y eran vecinos. “Emiliano Blanco se desempeña en el Ministerio de Justicia desde 2005 en forma ininterrumpida, no soy su vecina ni se dónde vive”, escribió la ministra. Ininterrumpida es hasta hoy, a un año de la asunción del nuevo Gobierno.
 
Más allá de lo que escribió Losardo lo cierto es que, como informó en su momento El Destape, en los primeros meses de su gestión la ministra quiso ascender a Blanco a Subsecretario de Asuntos Penitenciarios. El tema desató una fuerte interna en el Gobierno, ya que por entonces se conocía cómo Blanco había maltratado a los presos políticos. Sobre el espionaje había sospechas, hoy confirmadas.
 

El lobby para ascender a Blanco al cargo de Subsecretario de Asuntos Penitenciarios incluyó operaciones mediáticas como la nota que publicó Infobae el 18 de diciembre de 2019, a una semana de asumida Losardo, donde lo daban por designado. La ministra tiene sí una estrecha relación con Infobae, donde realizó una serie de entrevistas a jueces y fiscales en el ciclo Justicia Abierta de InfobaeTV. Lo cierto es que el resto de los funcionarios del Ministerio de Justicia fueron designados y ese raviol siguió vacante. Había razones y sospechas que luego se confirmaron: no solo maltrató a los presos políticos sino que los espió.

Según Clarín, en ese momento el ascenso de Blanco se frenó por un tuit de la modelo Luciana Salazar. El tuit, también del 18 de diciembre de 2019, decía: “Escándalo en el Ministerio de Justicia por el intento de nombrar a Emiliano Blanco director del servicio penitenciario federal en lugar de su amigo Mahiques. Ambos piezas claves de la denuncia que formulo CFK en su descargo. Primera grieta con Losardo?” . La cuestión era más compleja que lo que simplificó Clarín con la modelo twittera como excusa. No podían decir que Blanco era proveedor de escuchas e información de manera ilegal. A pesar de eso, aún es parte del Ministerio de Justicia.

 

 Ari Lijalad

Ari Lijalad


 

 


 

 
 
 
 

domingo, 13 de enero de 2019

NISMAN 4 AÑOS DE MENTIRAS




    A lo largo de los cuatro años desde la muerte de Alberto Nisman, que se cumplen este viernes 18 de enero, se fueron derrumbando buena parte de los mitos que la utilización política construyó alrededor del caso. Hoy por hoy la causa judicial está en un atolladero porque se busca un comando inexistente y asesinos inventados sólo para imputar al gobierno kirchnerista, o a iraníes o venezolanos que nunca nadie vio. Los mitos hacen agua por todos lados y habrá que ver si pruebas que hoy ocultan el fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini –mensajes de whatsapp y mails– permiten avanzar en el expediente.




Estos son algunos de los mitos caídos.

1 El disparo no fue en un lugar compatible con un suicidio

Debate terminado hace rato. El disparo fue en la sien, levemente por arriba y por delante de la oreja derecha. Lugar típico en el que se disparan los suicidas. Las manos del fiscal exhiben la sangre emanada como un chorro, lo que prueba que él se disparó. Tomó el arma con ambas manos, por eso la sangre está tanto en la derecha como la izquierda. En las pericias que se hicieron se demostró que lo más probable es que haya accionado la pistola varias veces porque el disparo no salía: el arma se trabó. En las pruebas falló las primeras siete veces. De manera que el tiro recién se concretó después de varios intentos, una razón más para que haya tomado la Bersa con las dos manos, algo que hacen muchos suicidas.

2 La pericia en Salta demostró que Nisman no disparó

Falso. Efectivamente se hizo una pericia en el ministerio público de Salta que tiene uno de los aparatos más sofisticados para detectar residuos de disparo. El texto de la conclusión dice “sobre las muestras analizadas se hallaron partículas consistentes con residuos de disparo, las que son definidas como aquellas que pueden estar asociadas con la descarga de un arma, pero también podrían originarse a partir de otras fuentes no relacionadas con una deflagración”.

En una mano se encontraron 69 partículas consistentes y en la otra 19. O sea, el estudio dice que hay elementos, pero que no son categóricos. Y a continuación explica las razones por las que puede dar resultados no categóricos: las manos estaban llenas de sangre, pasó demasiado tiempo hasta que se tomó la muestra, la muestra se tomó mal o efectivamente no disparó. Pero las otras fuentes posibles de las partículas son imposibles en el caso de Nisman: no estuvo en contacto con fuegos artificiales ni con pistolas de la construcción que producen partículas semejantes.

3 Las cámaras de seguridad del edificio no andaban y entonces pudo entrar el supuesto comando

Del total de 101 cámaras que enfocaban a la Torre Boulevar, donde vivía Nisman, y las zonas comunes, andaban 80 y no funcionaban 21. El estudio fue realizado por la Dirección de Operaciones Técnicas Especiales (DOTE) de la Policía Federal. No falta quien desconoce el expediente y sostiene que, por ejemplo, no andaba la cámara del ascensor de servicio. Como se puede ver por la foto, efectivamente funcionó en forma perfecta (ver foto). Tratando de forzar todo lo posible una hipótesis, la Federal señaló que se podía acceder al edificio saltando la verja, en un momento en que el domo no enfocara hacia ese lado, llegando luego al edificio y subiendo por la escalera los trece pisos. Todo muy inverosímil.

4 La puerta de servicio estaba abierta y el comando pudo acceder por ese lado

Es un debate terminado: el departamento estaba cerrado por dentro como solía cerrarlo Nisman cuando estaba allí. La puerta principal estaba cerrada con un pasador que no cuenta con llave desde afuera. La puerta de servicio tenía dos cerraduras. La de arriba, con pasador, pero con llave, tuvo que ser abierta por la madre de Nisman con llaves que tenía ella. En la cerradura de abajo hubo que empujar la llave que estaba puesta del lado de adentro, cosa que hizo un cerrajero. O sea, el departamento estaba cerrado en los dos únicos accesos reales, ya que no hubo ingreso por el pasadizo del aire acondicionado. Nadie pudo salir y dejar el departamento cerrado desde adentro.

5 No hubo pelea porque a Nisman lo maniataron dopándolo con ketamina

Hasta el juez Julián Ercolini desistió de la delirante hipótesis de la ketamina, armada por la Gendarmería bajo el mando de Patricia Bullrich. Los profesionales de esta fuerza no pudieron definir ni cuánto le suministraron Nisman ni, sobre todo, cómo se lo suministraron. No se detectó pinchazo de una inyección ni forma de dejar al fiscal indefenso. Esto derriba una de las cuestiones sin solución: en el departamento no había ni desorden ni rastros de pelea de ningún tipo, de manera que queda sin explicación cómo el supuesto comando redujo al fiscal y lo llevó al baño.

6 A Nisman le pegaron una paliza y le fracturaron la nariz

La hipótesis surge de la pericia de la Gendarmería que, curiosamente, está hecha por solo dos médicos, ninguno con vasta experiencia en autopsias. En cambio, el Cuerpo Médico Forense y luego la junta médica compuesta por 14 forenses dictaminó que no existía tal fractura. Un análisis posterior hecho por forenses del CMF sostiene que la Gendarmería confundió una foto tomada desde un ángulo en diagonal con una fractura, algo que no se verifica para nada: no hay marcas ni hematomas pronunciadas. Por otra parte, no se encontró en todo el departamento, salvo en el baño, una gota de sangre. O sea que resulta inconsistente que le hayan pegado una tremenda paliza sin desordenar nada y sin que cayera sangre. La junta médica, conducida por el CMF, que realiza 4.000 autopsias por año, redondeó de esta manera su mirada: “ninguna de las observaciones indican con certeza pericial médico-legal que se haya tratado de un hecho homicida”.

7 Lo mataron tres hombres dentro del baño

No hay la menor evidencia de semejante hipótesis, entre otras cosas porque hubo manchas de sangre alrededor de Nisman, lo que indica que la sangre cayó hacia todos lados sin interferencia. Y, lo fundamental, la puerta del baño estaba cerrada. No existe prueba de que se haya podido entrar al baño, matar al fiscal, luego salir, y dejar cerrado desde afuera. Todo esto sin dejar pisadas, sin que haya quedado una gota de sangre fuera del baño.




8 El informático Diego Lagomarsino estaba en la escena en el momento del disparo, participó del crimen

Otro debate terminado. Las cámaras exhiben a Lagomarsino saliendo de Le Parc el sábado a las 20.30 y entrando al edificio donde vive, en Martínez, a las 21.02. Había llevado la pistola Bersa a lo de Nisman, como lo testificó el primer día. Nisman, por su parte, chateó con la periodista de Clarín Natascha Niebieskikwiat hasta las 21.17. Además mantuvo diálogo con uno de sus custodios, con el periodista de Infobae Laureano Pérez Izquierdo y con el manager de modelos Leandro Santos. Todo quedó en su celular. La hipótesis de que Lagomarsino usó un arma a su propio nombre para participar de un supuesto crimen es descabellada. Nadie haría semejante cosa. Si se quería simular un suicidio, bastaba con ponerle a Nisman un arma de origen desconocido en la mano: no se necesita “un arma amiga”, como señalan el fiscal y el juez. La Bersa del informático ni siquiera estaba cerca de la mano del fiscal, de manera que el supuesto comando sofisticado hasta habría omitido ponerle la Bersa en la mano a Nisman. Nada tiene sentido.

9 El informático no le prestó el arma a Nisman, sino que la entregó a un comando sofisticado que fue el que cometió el supuesto crimen

Nuevamente, nadie entrega una pistola para cometer semejante asesinato, de repercusión mundial, que terminó en una catástrofe para Lagomarsino: imputado como partícipe, con una tobillera, perdió su trabajo en la fiscalía AMIA, le deterioró toda su situación laboral y social. A esta altura del expediente está probado que el fiscal también le pidió la pistola a su custodio de máxima confianza, Rubén Benítez, y que intentó hacerle un pedido a un comisario que estaba en Mar del Plata. No hay ningún registro de llamadas ni de encuentros entre Lagomarsino y Benítez que indiquen que pudieron armar la coartada. En verdad, a Lagomarsino lo estudiaron por todos lados y no le encontraron hasta ahora ningún elemento que lo pueda vincular con supuestos cómplices oscuros.

10 ¿Se ocultan pruebas de importancia?

Según el testimonio de Lagomarsino del lunes 19 de enero de 2015, en la tarde del sábado 17 el fiscal le pidió prestada la pistola argumentando que necesitaba un arma por si estaba con sus hijas y alguien lo agredía o patoteaba. Llamó a Lagomarsino y le dijo que lo fuera a ver. El informático llegó a las 17.20 y se fue a las 17.50. Está probado que el Lagomarsino se fue desde Le Parc a su casa a buscar el arma, pero se demoró porque no quería sacar la pistola delante de la esposa. Entre las 19.11 y las 19.21 hubo 14 mensajes de whatsapp entre Nisman y Lagomarsino, en los que tal vez el fiscal le preguntó al informático si encontró el arma en su casa, si ya estaba regresando o preguntas de esa naturaleza. Si ese es el contenido de los mensajes, siete de Nisman a Lagomarsino y siete de respuesta, se derrumba la hipótesis de que Nisman no le pidió el arma prestada a Lagomarsino. Los mensajes fueron encontrados peritando el celular que el informático entregó al día siguiente de la muerte del fiscal. Sin embargo, el fiscal Taiano no entrega copia de esos mensajes. Podría ser una prueba decisiva y, al menos por ahora, se oculta.




11 ¿Cuando murió Nisman?

La Gendarmería incurre en una de los absurdos más increíbles de la historia pericial. Señala: “la muerte se debería haber producido aproximadamente a las 2,46 horas del día domingo 18 de enero de 2015”. Como se señala en el detallado libro Quién mató a Nisman, de Pablo Duggan, toda autopsia marca una franja horaria, que es lo que se hace habitualmente. Nadie se aventura a un horario exacto porque es científicamente imposible. El punto clave que, además, desmiente ese horario es que Nisman accedió a su computadora en la mañana del domingo, a las 7.01, algo que está en sintonía con lo dictaminado por la médica que revisó el cuerpo en el baño, luego por la autopsia y también por la junta médica: que el fiscal murió en la mañana del domingo 18 de enero.

12 El comando manejó la computadora de Nisman el domingo a la mañana

La desopilante hipótesis fue sostenida por la acusación porque la navegación de ese domingo concluyó con un ingreso a una nota sobre el regreso de la muerte, posteada por Claudio María Domínguez en Infobae, un indicio sólido de que Nisman se quitó la vida. La pericia informática dictaminó que la navegación no fue remota sino en la propia computadora de Nisman, conclusión firmada por todos los peritos. Este diario constató ese punto ya que el fiscal leyó largamente una nota de PáginaI12 a las 7.01.51, o sea siete de la mañana, un minuto, cincuenta y un segundos, lo que se verificó en el servidor de este diario. O sea, supuestamente, el comando se dedicó a navegar en la computadora de Nisman estando en el departamento de Le Parc, una movida que no se entendería. En lugar de huir se dedicaron a navegar en la computadora. Pero las piezas no encajan. Para desbloquear la computadora, los intrusos debieron poner la contraseña. Y luego hay una navegación en Instagram, donde Nisman se posó en dos fotografías de una chica con la que había salido. Para ingresar hubo que poner también la contraseña de Instagram, además de saber que él había salido con esa modelo. En ningún momento de la navegación se incurrió en errores, lo que sucede cuando se intrusa una máquina, y la “cadencia” fue la habitual de Nisman. Está dicho: su última lectura fue una nota sobre el regreso de la muerte.




13 ¿Se ocultan pruebas? Parte II

En aquella mañana del 18 de enero de 2015, Nisman accedió la página de ingreso a su casilla de mails, yahoo. Sin embargo, no se pudo determinar si entró, si leyó mails o incluso si escribió algún mail. El secreto está en Estados Unidos. Según trascendió, el FBI le dijo a la fiscalía y al juzgado que no aportaría ningún elemento de importancia política, no criminal. Pero resulta que todos los mails son de importancia política y criminal. Lo cierto es que el acceso a esa información, que habitualmente no tarda más que unos meses, fue imposible en cuatro años. Estados Unidos -el FBI y la CIA- están muy interesados en la causa por la muerte de Nisman. Les interesa mantener el caso como un homicidio y que se apunte a sospechosos –inexistentes–, por supuesto iraníes-venezolanos.

14 El complot que no cierra

Los voceros oficiosos de la causa judicial ponen el acento en las comunicaciones del 17 de enero de 2015 entre hombres de la ex SIDE, el jefe del Ejército César Milani, el jefe de la Bonaerense Hugo Matzkin y hasta el fiscal Carlos Stornelli. Dice que nunca se cruzaron tantas llamadas. Las conversaciones no está grabadas de manera que es imposible reproducirlas y entonces –sin pruebas– dibujan un complot entre todos ellos. Todas las comunicaciones fueron hechas desde los celulares a nombre de cada uno de los protagonistas, es decir que no tiene la menor lógica que armaron un gran complot usando sus propios teléfonos. Pero, además, todos explican que ese fin de semana había tres temas serios en danza. Primero, la denuncia de Nisman y si iba a concurrir al Congreso o no. Segundo, el robo de un misil en el regimiento de Arana, en La Plata. Y, tercero, jugaban River y Boca, uno el sábado y el otro el domingo, y estaba el rumor de que se quería colocar un muerto en plena campaña electoral. Eso motivó -según dicen los protagonistas- las llamadas entre Jaime Stiuso, su hombre de confianza Alberto Mazzino, otro jefe de la ex SIDE, Fernando Pocino, el general Milani, el jefe de la Bonaerense, Milani y el fiscal Stornelli, hombre anti-kirchnerista, insospechado de participar de semejante complot que, además, quería resolver un problema surgido con un amigo de su hijo en Pinamar. Ante la ausencia de pruebas en el expediente, es posible que el fiscal y el juez se dediquen a especular sobre esta no-prueba.

15 Homenajes, un débil residuo

El viernes próximo estará dedicado a homenajear al fallecido fiscal en Israel y Buenos Aires. El marco del aniversario es la caída de buena parte de los mitos y la contundencia de las pruebas que indican que el fiscal se quitó la vida envuelto en el rechazo inicial a su denuncia, la posibilidad de su despido de la fiscalía, la pelea familiar y los sórdidos conflictos personales que enfrentaba. El viernes 16 se encerró en su departamento, bajó las cortinas y no volvió a salir. Pero, además, en estos cuatro años aparecieron evidencias de que llevaba una vida ostentosa, con una fortuna inexplicable, algo que en aquel tiempo solo notaron los familiares de las víctimas de la AMIA que habían pedido públicamente su desplazamiento. Los homenajes son un débil residuo de los primeros tiempos. Hoy se basan simplemente en que siguen utilizando a Nisman en la geopolítica, contra Irán y “los gobiernos populistas”.

Las 15 pruebas falsas del caso Nisman
Raúl Kollmann







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jueves, 3 de enero de 2019

EL DERECHO, LA POLÍTICA Y LA MUERTE


Joaquín Morales Solá fue cronista de la dictadura genocida


Lo siento Graciana, esta vez no estamos en todo de acuerdo
Por María Laura Garrigós de Rébori

Acabo de leer la nota de Ailín Bullentini que publica hoy Página 12 a propósito de tu reacción frente al uso que otro periodista pretendió hacer de la muerte de Héctor Timerman.

Es cierto que hay jueces y jueces, y fiscales y fiscales, pero no es que unos sean más “humanos” que otros. Lamentablemente hay que reconocer que todos somos parte de la misma humanidad.

Es que aunque haya ellos y nosotros, cuando pensamos en cómo mejorar este mundo, y eso incluye al Poder Judicial, no podemos excluir a nadie.

Para mí el asunto es otro. Hay jueces respetuosos de los derechos que reconoce nuestra constitución y hay otros que deciden utilizar el derecho con otros objetivos, ya sean propios o ajenos.

Hay jueces y fiscales que aplican razonablemente principios básicos como que todos somos inocentes hasta que no se nos condene después de un juicio en el que nos hayamos podido defender.

Que saben que no se puede condenar por “sospechas” de que alguien hizo algo. No debe haber ninguna duda sobre qué se hizo, y cómo se hizo. Es que sin esa certeza, no estamos ante un juicio -tarea del Poder Judicial- sino ante las suposiciones típicas de comentarios malintencionados que, en las peores épocas que hemos vivido sirvieron para la caza de brujas y otras persecuciones.

Hay jueces y fiscales que tienen claro el valor supremo que se debe acordar a la libertad de las personas y sólo la restringen provisoriamente cuando no hay más remedio, cuando es indispensable. Pero antes de esa decisión saben que deben agotar todas las posibles alternativas.

En fin, hay jueces y fiscales que cumplen bien y orgullosamente su tarea y eso es lo menos que los ciudadanos debemos exigirles.

Hay mucho que cambiar en el Poder Judicial, lamentablemente nada nos asegura que lograremos inspirar a los jueces para que desarrollen empatía, pero lo que sí podremos hacer, y en esto confío, es desarrollar mecanismos de control para exigir el irrenunciable cumplimiento de nuestros derechos constitucionales.

No es sólo tarea de jueces y fiscales. Es nuestra.



“El Poder Judicial debe ser más humano”
Por Ailín Bullentini

“El Poder Judicial tiene que ser más humano. La política no puede convertirlos en bestias.” La conclusión pertenece a la abogada Graciana Peñafort. Es el mensaje que dedicó a funcionarios judiciales después de la muerte del ex canciller Héctor Timerman, motivada por el “enojo grande” que todavía purgaba en la tarde de ayer por la columna de opinión en la que Joaquín Morales Solá, en el diario La Nación, hizo un “uso político” de la enfermedad y el deceso del ex funcionario para “pegarle a Cristina” Fernández de Kirchner. La abogada y amiga personal de Timerman se despachó durante la mañana en redes sociales y más tarde dialogó con Página12 sobre el tema.

“Esa nota me dio mucho enojo porque está mal por varios motivos. Está mal porque ofendió la memoria de Héctor y también porque él la quería mucho a Cristina. Usar su muerte para pegarle a ella es muy bajo”, dijo a este diario, reiterando algunas de las ideas que había volcado en un puñado de tweets tras leer el artículo en el que Morales Solá criticó la responsabilidad de la Justicia en la enfermedad por la que falleció Timerman y, de paso, aprovechó para insistir en la cualidad de “persona rencorosa y vengativa” de la ex mandataria. “Si Héctor la hubiera leído, se hubiera indignado. Es muy brutal, no es justo. Le tenía mucho afecto a Cristina”, sostuvo la abogada, para quien el artículo fue “una canallada” en la que su autor “además miente”.

Peñafort, que conoció a Timerman cuando él era embajador argentino en Estados Unidos, durante la primera presidencia de Fernández, y ella integrante del equipo redactor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, remarcó en declaraciones a este diario que tras el final del gobierno de Fernández y “mientras él estuvo bien” con la ex mandataria “tenían comunicación directa”. “De hecho hay una última foto de ellos dos, con Héctor aún fuera de su casa, en el Instituto Patria”, recordó. Luego, cuando la enfermedad deterioró su estado de salud lo suficiente como para impedirle hablar, la ex presidenta se mantenía informada respecto de la situación del ex canciller a través de Peñafort.

Así la abogada lo puntualizó en uno de los tweets con los que desmintió a Morales Solá. “Sos injusto con CFK en tu nota, porque me consta que ella siempre estuvo atenta a cómo estaba su salud y su ánimo –tuiteó–. Lo sé, Joaquín, porque era a mí a quien CFK llamaba para preguntar y para trasmitir mensajes de afecto. Que yo siempre retransmití y Héctor siempre sonreía. Porque Timerman en un momento ya no pudo hablar por teléfono y luego, ya no pudo hablar. Mucho menos recibir visitas.”

Tal como mencionó a través de la red social, Peñafort insistió en que Timerman no logró obtener tratamiento para el cáncer de hígado que sufría debido al destrato del juez federal Claudio Bonadio, quien lo investigó y procesó por el Memorándum de Entendimiento con Irán, y a la Cámara de Casación que revisó su procesamiento con prisión preventiva. “Lo que yo sé a ciencia cierta es que Héctor tenía que viajar a Estados Unidos a tratarse y supliqué a la Justicia que no le impusieran prisión preventiva porque sabíamos lo que iba a pasar con la visa. Y se la pusieron igual”, sostuvo la abogada, que defendió a Timerman junto a su socio Alejandro Rúa.

Bonadio insistió en imponerle la prisión preventiva a Timerman, a quien procesó por encubrimiento y traición a la patria. A pesar de que la Cámara revocó ese último delito, sostuvo la prisión. Pero Peñafort insistió más. Durante la feria judicial estival, logró que el juez Sergio Torres y el fiscal Guillermo Marijuán levantaran esa medida para poder, así, insistir en que Estados Unidos repusiera la visa que había dado de baja al ex funcionario.

Tanto Torres como Marijuán son “tan jueces y fiscales de Comodoro Py como Bonadio y los jueces de la Cámara. Pero son humanos. No fueron lo salvajes que fueron Bonadio y esa Cámara”, evaluó Peñafort. “Hasta que logramos revertir la situación, pasó mucho tiempo, ya no hubo vuelta atrás. Cuando llegó a Estados Unidos ya no podían hacerle el tratamiento. Esto no es un ‘me parece’, una ‘interpretación’ ni una opinión. Es lo que pasó, me consta. Héctor podría haber tenido tratamiento y no lo tuvo por culpa del Poder Judicial argentino”, denunció.

Timerman regresó a Argentina y, entre las cosas que hizo antes de morir, figura declarar ante el Tribunal Oral Federal 8 que va a dirigir el juicio por el memorándum. Declaró desde su casa y por adelantado. “Fue más humana la situación que aquella declaración que le tomó Bonadio. Y se quedó todo lo tranquilo que una persona puede estar cuando se lo involucra en una causa tan vergonzante”, apuntó la abogada, quien concluyó: “El Poder Judicial tiene que ser más humano. La política no puede convertirlos en bestias. Ha perdido el eje, se ha olvidado de la Constitución y, más imperdonable aún, es que se ha olvidado de su condición de humanidad”


domingo, 16 de diciembre de 2018

La Violencia Sexual es un PROBLEMA POLÍTICO, No Moral






La noticia de una agresión sexual se instala como un espectáculo en los medios y eso tiene que cambiar”, dice la antropóloga Rita Segato, una de las grandes intelectuales latinoamericanas, al analizar el tratamiento que tuvo en televisión la denuncia de violación de Thelma Fardin contra Juan Darthés. También llamó la atención sobre el riesgo de que se produzca un efecto imitación como ocurre con las noticias de suicidios, y sobre la necesidad de correr a la actriz del lugar de víctima. “No quiero solamente consolar a una víctima que llora. El punto es cómo educamos a la sociedad para entender el problema de la violencia sexual como un problema político y no moral”, señaló Segato.

La autora de “La guerra contra las mujeres” (Madrid: Traficantes de Sueños, 2016), está además preocupada por lo que viene llamando “un feminismo del enemigo”. “El feminismo no puede y no debe construir a los hombres como sus enemigos ‘naturales’”, expresó. Y a su vez, cuestionó los “linchamientos” en redes sociales para denunciar violencias machistas entre pares, adolescentes. “Debemos preparar a nuestras y nuestros jóvenes para que puedan tramitar sus relaciones con su propia palabra y con sus propios gestos”, alentó. Y quiso dejar como mensaje una frase que le dijo un jefe de la policía de El Salvador, donde estuvo trabajando durante una gran parte de este año: “Que la mujer del futuro, no sea el hombre que estamos dejando atrás”.

Es una de las voces más lúcidas de la región a la hora de pensar la violencia machista en sus distintas formas y circunstancias. Su pensamiento es provocador. Empuja a la reflexión. Segato nació en Argentina y vivió también en Venezuela, Irlanda, Estados Unidos y Brasil. Tiene una extensa trayectoria académica. Este año, la Universidad de Brasilia le concedió el título de Profesora Emérita de la institución, y recibió tres Doctorados Honoris Causa de universidades argentinas. Es autora de numerosos libros, el último, “Contra-pedagogías de la Crueldad” (Buenos Aires: Prometeo, 2018).

Cuando empezó a trabajar primero con los presos condenados por violación en la penitenciaria de Brasilia, pensó que sería una situación excepcional y pronto abandonaría el tema. Cuando fue invitada, luego de publicar el libro “Las estructuras elementales de la violencia” (2003, Prometeo), para aplicar su modelo de la fratria masculina, del club de hombres, al caso de las mafias de Ciudad Juárez, pensó también que estaba ante un caso excepcional, raro, que rápidamente ese tema iba a desaparecer de la historia. Y siente una tremenda frustración porque no consigue abandonarlo. Este año, fue convocada por la Policía Nacional Civil de El Salvador, tal vez el país más violento del continente, para elaborar un diagnóstico sobre crímenes de género al interior de la institución.

→ La conversación transcurre en su departamento de San Telmo.

–¿Cómo analiza lo que pasó a partir de la denuncia de Thelma Fardin?

–Es fundamental vincularlo con lo que pasó dos semanas antes con el fallo sobre el femicidio de Lucía Pérez, donde un tribunal dijo que no hay ninguna relación de poder entre dos hombres adultos que le proveen droga a una adolescente. La sociedad que se escandaliza porque otra adolescente, de la misma edad que Lucía, fue violada por un varón de mayor y de más poder, les está diciendo a esos jueces de Mar del Plata que están equivocados y que han traicionado las expectativas de la sociedad con relación a la justicia. Es importantísimo vincular las dos escenas, ponerlas en relación. En segundo lugar, estamos viendo que la sociedad está siendo avisada y se está volviendo más sensible en relación a las agresiones, a los acosos, a las distintas formas de abuso de género y esa es una buena noticia.

–¿Cómo ve el rol de los medios en el abordaje del tema?

–Tenemos un problema con el espectáculo de la noticia. Es indispensable ver cómo los medios pueden informar sobre este fenómeno. Lo que hemos aprendido de feminicidios y escándalos sexuales anteriores es que aunque los medios muestren la monstruosidad del agresor, ese monstruo para otros hombres resulta una figura tentadora, porque el monstruo es potente. El monstruo es un personaje predador, rapiñador, como debe ser el sujeto masculino formateado por el mandato de masculinidad. Y lo que el hombre quiere mostrar siempre es que puede serlo, porque es su forma de mostrar que es potente. Ha sucedido en otras situaciones, como en el caso de Wanda Taddei, que la monstruosidad quiere ser imitada. Hoy en día existir bajo el lente mediático parece ser para muchas personas la única forma de existir. Es un fenómeno de nuestro tiempo. Así como en el caso del suicidio fue revisado el rol de los medios y hay una pauta mediática que decidió no mostrarlos ni hablar del tema porque ya se sabe que se va a repetir, se deberían repensar las coberturas en casos de agresiones sexuales.

–¿Cuál es su propuesta?

–Profesores de comunicación, formadores de periodistas y editores de medios tienen que convocarse a una gran convención, diría latinoamericana, donde se debata en profundidad la pauta mediática para las agresiones sexuales, y donde también se rediscuta el suicidio como pauta. Porque no informar, es decir, desinformar, también es problemático. Esa discusión es indispensable. No se puede seguir así. En este caso de Thelma es clarísimo: aparece una niña llorando, linda, actriz, que en su momento fue famosa. Se la muestra como una heroína de cuentos de hadas. Pero no debe ser mostrada así. Es peligroso. Porque las heroínas del cuento de hadas reviven al final la ilusión del príncipe salvador.

–¿Cómo se la debería mostrar?

–Se la debe mostrar como una sujeta que está descubriendo su propia capacidad política de modificar una estructura, que es la estructura desigual del Patriarcado. Ese es su papel. Y por encima de todo como una sujeta que no necesitó de un príncipe: hay un colectivo de actrices que la secunda, que promueve su denuncia, que la acompaña políticamente. Entonces, no basta la posición de víctima. El victimismo no es una buena política para las mujeres. Lo más importante en esta noticia y lo que los medios deberían destacar y repetir sin reserva y hasta con exceso es que quien rescata a Thelma es un grupo de mujeres, son sus pares, sus colegas, sus amigas, sus hermanas en el proceso político que estamos viviendo en Argentina y en el continente: mujer salva mujer y muestra al mundo lo que tiene que cambiar. No hay un príncipe valiente. Hay política, que es más lindo, más heroico y más verdadero. La mano salvadora viene de nuestra amistad y alianza. Sin embargo, lo que destacan y repiten es la escena sin límite de la víctima describiendo la agresión y exhibiendo su dolor “mariano”. Se comprende la emoción reviviendo aquel momento y no debe estar ausente, pero la presentación de una sujeta acusadora solamente a partir de su dolor moral por lo que le ha sucedido –que es lo que los medios mostraron– no debería substituir ni desdibujar o anteponerse a la escena de una mujer que se ha vuelto una sujeta política y por eso denuncia.

–¿No cree que si una víctima no muestra públicamente el sufrimiento que le causa el recuerdo de la violación que sufrió, la opinión pública pondría en duda sus palabras? Hay un modelo de víctima ideal: si no es sufriente pierde credibilidad para cierto público…

–Claro, pero eso lo tenemos que cambiar. La víctima no necesita ser buena y pura para ser comprendida como víctima, solo necesita ser persona. Entender la diferencia es dar el giro político que la sociedad necesita para que este tipo de cosa no vuelva a sucederle a nadie.

–Pero, ¿cómo movemos eso de ahí?

–Ése es el punto. Lo tenemos que mover porque incluso es chocante para quien está dentro de una crítica y un proyecto político, que es mi proyecto: la intención es cambiar al mundo, el orden político patriarcal, que hace a todo el mundo, hombres y mujeres, tanto daño. Les estamos diciendo a los hombres que se corran, se desmarquen y desmonten el mandato de masculinidad. Muchos lo están haciendo, me consta, porque están percibiendo que ese mandato los mata primero, los enferma primero, y que también son pobres e incautas víctimas de ese orden corporativo autoritario y cruel que impera al interior de la propia corporación masculina. Porque dentro de esa corporación, como en todas, hay hombres que son más hombres y hombres que son menos hombres, es jerárquica, es maligna, obliga a dar pruebas de narcisismo y de crueldad todo el tiempo. Es por eso que la visión política, la manera de hacer política en estilo femenino se está recomponiendo después de un largo tiempo de rasura, de censura, de olvido compulsorio. Hay un fenómeno de afloramiento de la politicidad femenina después de un largo tiempo de su negación como política. Eso es lo que vemos en las calles. Y es también, afortunadamente, lo que se ve en el apoyo masivo que Thelma ha recibido de las mujeres de su gremio, y también de la sociedad argentina. Tenemos que celebrarlo. Basta de llanto. No queremos solamente consolar a una víctima que llora. El punto es cómo educamos a la sociedad para entender el problema de la violencia sexual como un problema político y no moral. Cómo mostramos el orden patriarcal, que es un orden político escondido por detrás de una moralidad. El problema es que está siendo mostrado en términos de moralidad. Y es insuficiente mostrarlo así por varias razones.

–¿Cuáles?

–Aparece y lo he visto mucho en estos días, que solo el hombre es sujeto del deseo sexual; la mujer, no. El hombre desea, la mujer se rinde. No es esa mi propuesta de un mejor momento para las mujeres. La mujer es un sujeto pleno del deseo. La noticia es presentada como si la mujer no lo fuera, y fuera solo víctima del deseo masculino. Tengo un miedo terrible a esa posición porque es tremendamente conservadora, es decir, no nos saca del lugar de la pasividad.

–Pero la denuncia es importante porque abrió una puerta que ya no se va a cerrar y confirma lo que desde el movimiento de mujeres hemos venido diciendo desde hace tiempo: la naturalización y la impunidad frente a la violencia sexual en distintos ámbitos …

–Sí, pero que no se malogre con el aspecto de espectáculo que tiene esto. La glamorización de lo sucedido es contraproducente. Es importantísimo lo que está pasando. Muestra que la sociedad, muchas mujeres y hombres también estamos insatisfechas con el orden de las cosas.

–¿Cómo enlazarlo con lo que viene sucediendo a partir del Ni Una Menos, los paros de mujeres, la lucha por el aborto, ese camino de las mujeres hoy?

–Volviéndolo político, retirándolo de lo moral, y haciendo ver que se trata de una escena, de una situación, de una posición en que nosotras, las mujeres nos hemos encontrado muchas veces en el trabajo, en la escuela, en la universidad y en la vida en relación. La escena de género es una escena de poder, no podemos más dudarlo. La sociedad no lo duda más… y el derecho debe asimilarlo. Hemos tenido un maravilloso éxito político al demostrarlo y las joven llevarán adelante en la historia esta lucidez que la sociedad ha alcanzado….. no sin dolor, o, mejor dicho, a través del dolor de los feminicidios. Pues cada feminicidio es un ataque a toda la sociedad, un dolor de todos.

–¿En su evaluación, entonces, es un gran momento para nosotras?

–Sin duda alguna. Es un viraje de la historia, lo estamos viendo en varios escenarios distintos que estamos consiguiendo dar vuelta a una página de la historia con el movimiento que estamos haciendo las mujeres. Los relatos que están aflorando y haciéndose públicos muestran claramente que estamos librándonos de un cierto mandato paterno, patriarcal, cruel, abusador, narcisista y castigador. Y es por la desestabilización de ese mandato que se cambia el rumbo, que se cambia el mundo. Es un gran momento inédito y de una intensidad impar. Pero, por otro lado, por la intensidad de este momento tenemos que tener mucho cuidado.

–¿Cuáles son sus alertas?

–1. Cuidado con lo que vengo llamando “un feminismo del enemigo”, pues todas las políticas que se arman a partir de la idea de un enemigo caen irremediablemente en el autoritarismo y en formas de accionar fascistoides. El feminismo no puede y no debe construir a los hombres como sus enemigos “naturales”. El enemigo es el orden patriarcal, que a veces está encarnado por mujeres.

2. Cuidado con los linchamientos, pues hemos defendido por mucho tiempo el derecho al justo proceso, que no es otra cosa que el derecho al contradictorio, a la contradicción, al contraargumento en juicio. Linchamiento y escrache no son lo mismo. El escrache, como lo habilitamos en Argentina cuando el Estado se volvió genocida, y en realidad podríamos volver a habilitar ahora, porque constatamos, como en el caso de Lucía Pérez o el caso del jury al Juez Rossi (que había dejado en libertad, a pesar de tener condena por violación, a quien mató luego a Micaela García), que la justicia nos traiciona, se elabora a través de un “proceso”, que es de justicia aunque no de justicia estatal. Cuando la justicia estatal falla, otras formas de justicia aparecen, pero no son espontáneas, pues hay deliberación, consulta, escucha, y la consideración por parte del colectivo de que se puede estar cometiendo un error –eso es el contradictorio, eso es el espacio para la posibilidad de la contradicción–. El linchamiento es una forma de ejecución sin ninguna de esas garantías. Es una ejecución sumaria, y extrajudicial en el sentido de que no está sometida a ningún tipo de deliberación, ni estatal ni de la colectividad en cuanto tal.

3. Cuidado con entregar la gestión y negociación de las relaciones entre las personas y, muy especialmente, de la sexualidad, al estado. No es propio de nuestras sociedades, de nuestra forma de ser en el continente latinoamericano, curvarnos a la judicialización de la gestión de la vida, de las relaciones interpersonales, y no creo que sea un buen propósito. Debemos preparar a nuestras y nuestros jóvenes a que puedan tramitar sus relaciones con su propia palabra y con sus propios gestos. La entrega de esa gestión de las relaciones a otras instancias puede ocurrir cuando los intentos de hablar del deseo y del no deseo interpares se muestre imposible. Las y los jóvenes deben reaprender a conversar.

Y, por último, 4, te comparto la extraordinaria frase que me dijo un jefe de la policía de El Salvador, donde estuve trabajando durante una gran parte de este año: “Que la mujer del futuro, no sea el hombre que estamos dejando atrás”.

Mariana Carbajal habla con Rita Segato




Se va a caer... el bozal legal




La persona A denunció ser acosada en el trabajo y el denunciado inició una demanda por la que tuvo que dejar de comprarse un auto para pagar su defensa. 

B denunció que su hija fue abusada y tuvo que sacar un préstamo en el banco, con tasas altísimas, para pagar la querella del demandado. 

C contó que sus hijas no quieren ver al progenitor porque las obligaba a realizarle sexo oral y terminó condenada por no permitir las visitas con el que les sacaba el sueño. 

D contó en las redes sociales que fue acosada cuando tenía 17 años y no supo que hacer cuando encontró una carta documento por debajo de su puerta. 

E se solidarizó en las redes sociales con una víctima y repudio a un agresor y hace un mes que se pasa los días juntando pruebas, pidiendo plata prestada y visitando abogadas para no terminar hipotecada. 

F es una psicóloga que perito un caso de abuso sexual en la infancia y el padre al que ella marcó como abusador le inició una demanda por la que tuvo que vender su departamento para pagar los costos del juicio.

Todos los casos son reales. Pero no se pueden decir los nombres propios por la misma razón que genera una doble revictimización las víctimas: son judicializadas por denunciar violencia de género y, si aparecen expuestas, pueden sufrir mayores consecuencias judiciales. El fenómeno no es nuevo y tiene una palabra en inglés que la define: backlash. “Cuando se pone sobre la mesa un tema hay un proceso de tomar partido contra algo que se inicia. Siempre aparece esta otra fase de reacción. Sobreviene después de una etapa donde aparece un tema, se le da importancia y lugar y, por cuestiones coyunturales, aparece alguna contradicción en ese marco teórico con una nueva visión y pone, transitoriamente, en tensión a esa nueva manera de ver las cosas. Pero las investigaciones sobre abuso sexual han dado respuestas a los planteos del backlash”, le explicó a Las12, en una entrevista realizada el 15 de julio del 2016, el sociólogo norteamericano David Finkelhor, considerado el Freud en la difusión de la problemática del abuso sexual infantil (ASI).

La reacción contra las denuncias de abuso sexual pone en jaque a la Justicia patriarcal no solo para hacer justicia sino, mucho peor, para convertirse en una herramienta desalentadora de la búsqueda de justicia. Por un lado no todos los casos son judiciables ni tienen que serlo –no todas las víctimas tienen, quieren o deben realizar denuncias en la Justicia– y, por otro lado, hay muchas causas que sufren los tiempos de prescripción u otras trabas legales, como la jurisdicción, que no permiten la vía legal. Pero, además, todos los riesgos, trampas y sufrimientos de la revictimización judicial sin un destino seguro por falta de perspectiva de género en la justicia son una muralla contra las garantías de respeto en los tribunales.

Una noticia alentadora es que gracias al impulso de la denuncia de Thelma Fardin se votaría el martes próximo, en el Congreso de la Nación, la Ley Micaela García, en homenaje a la joven víctima de feminicidio en abril del 2017, que el oficialismo había dejado afuera de la agenda legislativa pero que volvió a entrar por la presión social del movimiento “Mirá como nos ponemos”. La Ley Micaela establece la capacitación con perspectiva de género para todos los funcionarios públicos del Poder Judicial, del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo. La diputada Lucila del Ponti (Movimiento Evita), una de las impulsoras de la iniciativa, resaltó: “Insistimos en que se vote la ley porque no nos alcanzan los anuncios o declaraciones que se hacen cuando se mediatiza un tema, pero que después no se llevan a la práctica. Sancionar este proyecto, acordado desde diversos bloques, garantiza avanzar en la implementación efectiva de estas políticas”.

La capacitación en perspectiva de género es fundamental en una justicia que todavía cree, como en la sentencia del Tribunal Oral Criminal Nº1 de Mar del Plata, en el juicio de Lucía Pérez, que si un hombre lleva una Cindor y facturas para tomar con una chica esa es una prueba fehaciente de qué no se trata de un femicida o violador. Falta capacitación. Y mucha, mucha Cindor. Pero, además, faltan abogadas concretas, capacitadas y dispuestas a defender a las víctimas. Y, además a defenderlas de los agresores con poder, dinero y contactos que litiguen contra ellas. No solo que puedan hacer las denuncias, sino que puedan defenderlas de las contra denuncias de los denunciados. Sin ese escudo el derecho a la denuncia de abuso sexual no está realmente garantizado en Argentina.

El 23 de marzo del 2016, Michelle Obama, cuando todavía era primera dama norteamericana, en su visita a la Argentina, felicitó en su discurso en el Centro de Diseño de Barracas, al país por tener patrocinio jurídico gratuito. Pero una víctima que necesita una abogada todavía se ahoga en un mar de búsquedas difíciles, costosas y, muchas veces, sin resultados. No es la única deuda pendiente post Ni Una Menos “De los 36 refugios para mujeres sobrevivientes de violencia machista que prometió hacer el Gobierno de Mauricio Macri entre 2017 y 2019, apenas se construyeron y equiparon 10, según informó el Instituto Nacional de las Mujeres (INAM). Pero 8 de los 10 se habían empezado durante la gestión anterior. Recién el mes pasado comenzaron las capacitaciones al cuerpo de abogados que ofrecerá patrocinio jurídico gratuito a las víctimas. Pero el servicio estará disponible a partir del trimestre del año próximo y no en todo el país: solamente en NOA, NEA, La Plata y Neuquén. Las tobilleras electrónicas para monitorear a los agresores se están entregando apenas en 15 jurisdicciones, pero sirven solo si en la zona hay señal para celular. Los datos muestran que la implementación de políticas integrales en materia de violencia de género, a tres años y medio de la primera marcha de Ni Una Menos, todavía es una deuda pendiente. A eso se suma una reducción del Presupuesto 2019 del INAM del 7 por ciento en términos reales, en relación a 2018”, escribió Mariana Carbajal en PáginaI12, el 27 de noviembre del 2018.

Sin libertad de denunciar no hay libertad. Sin abogadas para defender a las víctimas de las denuncias por denunciar no hay justicia. Las denuncias de las víctimas tienen una diferencia clave y de clase con respecto a la violencia de género y el abuso sexual: la violencia machista se da en todas las clases sociales. En cambio, las denuncias contra las denunciantes es una espada de la contraofensiva de los sectores sociales, culturales y económicos más altos y protagonizada, muchas veces, por personas con influencia, poder, contactos o métodos de intimidación tanto a víctimas, sobrevivientes de abuso sexual y madres protectoras de hijos e hijas abusados sexualmente.

Si ya no las callan más es indispensable que el poder de querellar a las víctimas no les ponga un bozal legal a las víctimas. Porque ante el bozal lo único que sale es más rabia. Y sí, ya saben cómo nos ponemos.

Luciana Peker




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